Cultivando el futuro: Sustancias Básicas para una agricultura excepcional

La agricultura está viviendo una auténtica revolución. Se han actualizado las directrices para el uso de sustancias básicas y de bajo riesgo, esenciales para proteger cultivos sin comprometer la salud del planeta. Estas sustancias, extraídas de la naturaleza, despiertan el potencial oculto de las plantas, activando sus defensas de forma natural y sostenible.

El poder de lo natural en cada gota

Las sustancias básicas autorizadas incluyen tesoros de la naturaleza como la Cola de Caballo (Equisetum arvense) y el Clorhidrato de Quitosano, conocidos por su capacidad para estimular las defensas innatas de las plantas.

Le siguen la Sacarosa y la Lecitina, que actúan como guardianes silenciosos contra plagas y enfermedades.

Tabla resumen de sustancias básicas y sus funciones:

SustanciaFunción PrincipalNaturaleza
Equisetum Arvense (Cola de Caballo)Estimulador de defensas naturalesOrigen vegetal
Clorhidrato de QuitosanoFortalecedor de resistencia vegetalDerivado de quitina
SacarosaActivador del metabolismo defensivoCompuesto orgánico
LecitinaProtector contra estrés ambientalFosfolípido natural
VinagreDesinfectante para semillas y herramientasDerivado alimentario
Corteza de Sauce (Salix spp.)Estimulador antifúngico naturalExtracto vegetal
Según el Reglamento de Ejecución (UE) 2021/1165 

Ventajas del uso de las sustancias básicas

El uso de sustancias básicas en la agricultura presenta múltiples beneficios:
Baja toxicidad: No representan un riesgo significativo para la salud humana ni el medio ambiente.
Compatibles con la agricultura ecológica.
Fáciles de obtener y económicas.
Reducen la dependencia de agroquímicos sintéticos.

A medida que la sostenibilidad se convierte en un pilar fundamental del sector agrario, las sustancias básicas representan una herramienta clave para un manejo más seguro y eficiente de los cultivos.

Sustancias de bajo riesgo: aliadas invisibles

En la búsqueda de una agricultura más segura y sostenible, las sustancias activas de bajo riesgo se han convertido en aliadas clave para los productores. A diferencia de los productos fitosanitarios convencionales, estos compuestos ofrecen una protección eficaz contra plagas sin comprometer el equilibrio ecológico.

Uno de los ejemplos más destacados es el fosfato férrico, un ingrediente utilizado en cebos contra caracoles y babosas. Este compuesto es biodegradable y no afecta a otros organismos beneficiosos, lo que lo convierte en una opción ideal para el control de plagas en cultivos ecológicos.

Otra sustancia prometedora es la Laminaria, un tipo de alga marina con propiedades antifúngicas y bioestimulantes. Su alto contenido en polisacáridos, minerales y antioxidantes mejora la resistencia de las plantas al estrés biótico y abiótico, fortaleciendo su sistema inmunológico de manera natural.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *