¿En qué consisten los créditos de carbono?

El instrumento económico de los créditos de carbono voluntarios es empleado por empresas con la responsabilidad de compensar sus emisiones de gases de efecto invernadero. Las emisoras que superan sus cuotas pueden pagar sus excedentes o adquirir créditos voluntarios generados por actividades de reducción o compensación. Hasta ahora, estos créditos eran adquiridos en el mercado global, pero el mercado voluntario agrícola abre nuevas oportunidades.

El papel de la agricultura en la generación de créditos de carbono

En el ámbito agrícola, los créditos nacen de prácticas sostenibles. Los agricultores pueden unirse a proyectos específicos y demostrar reducción de emisiones y captura de carbono. Satélites, análisis de suelo y seguimiento de prácticas como la conservación y retención de restos vegetales evalúan los avances.

Beneficios agrarios de los créditos de carbono

Estos créditos pueden aumentar los ingresos agrarios. En agricultura extensiva, un agricultor que adopte prácticas conservacionistas y retenga restos vegetales puede generar entre 1,5 y 2 créditos por hectárea al año, valorados en unos 35 euros. Otros aseguran precios mínimos por 10 años, brindando estabilidad.

El futuro de los créditos de carbono en la agricultura

La Unión Europea busca reducir emisiones, implicando al sector agrario, que desde 2027 deberá demostrar mayor captura que emisión. Si no cumplen, los agricultores podrían ver reducidas las ayudas de la Política Agrícola Común (PAC). Medir y evaluar emisiones y capturas será clave.

Los créditos de carbono ofrecen oportunidades a agricultores sostenibles. Adoptando prácticas sostenibles, pueden generar créditos, reducir emisiones y obtener ingresos. La conciencia climática aumenta la demanda de créditos, dando a los agricultores un rol crucial en la lucha climática y en su sector sostenible.

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