La proliferación de energías renovables en el campo español está transformando el uso de la tierra, desplazando la agricultura en favor de parques solares y eólicos, lo cual tiene un impacto en la disponibilidad de terrenos agrícolas.

Al igual que ocurre en las ciudades, los agricultores arrendatarios están perdiendo sus tierras a medida que los propietarios las alquilan a promotores de energías renovables en busca de mayores beneficios económicos, al igual que los propietarios prefieren el alquiler turístico en lugar del alquiler a largo plazo. Esta tendencia, conocida como el «efecto Airbnb» en el campo, deja a muchos agricultores sin tierras para cultivar y sin los beneficios económicos de los promotores de energías renovables.

Actualmente, los acuerdos privados entre propietarios y arrendatarios son la solución más común, pero algunos consideran que contratos tripartitos entre promotores, propietarios y arrendatarios podrían ser una alternativa. Un estudio reciente titulado «Renovables y Territorio», publicado por la Red Española para el Desarrollo Sostenible, destaca que uno de los mayores impactos del despliegue de energías renovables es la ocupación de tierras que antes se destinaban a la agricultura, convirtiéndose ahora en zonas de producción de energía renovable.

Los propietarios de tierras reciben contratos de alquiler a largo plazo con montos mucho más altos que los arrendatarios, quienes trabajan en estas tierras pero no se benefician de su transformación en parques solares. Este fenómeno está ocurriendo en todo el país, y los representantes de organizaciones agrarias confirman que cada vez más arrendatarios se quedan sin tierras para cultivar debido a esta razón.

La rentabilidad económica de los promotores de energías renovables, junto con las dificultades económicas que enfrentan los agricultores, ha llevado a muchos propietarios a firmar contratos de alquiler con los promotores sin dudarlo, dejando a los arrendatarios en una posición vulnerable.

La renta ofrecida por los promotores supera ampliamente lo que reciben los arrendatarios, lo que les brinda seguridad económica y la posibilidad de asegurarse una jubilación y dejar algo a sus hijos. En este escenario, el arrendatario se convierte en un mero inquilino, mientras que los promotores se benefician de la rentabilidad de las energías renovables.

One Comment

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *