Un grupo de 16 empresas y organizaciones provenientes de 10 países de la Unión Europea se han unido para llevar a cabo el proyecto Excalibur, el cual tiene como objetivo modificar la biodiversidad del suelo y reducir el uso de fertilizantes artificiales en la agricultura.
Esta iniciativa busca demostrar la efectividad de prácticas de biocontrol y biofertilización para mantener la salud de las plantas sin recurrir a productos químicos. El enfoque principal de la investigación se centra en la interacción constante, a diferentes escalas, entre las plantas, el suelo y los organismos que componen el suelo (microdiversidad).
Para lograrlo, se está desarrollando un modelo innovador que cumple con dos requisitos fundamentales del proyecto Excalibur. Por un lado, se están incorporando criterios para evaluar el estado de la biodiversidad existente en un suelo específico. Por otro lado, se están desarrollando herramientas tecnológicas que permiten monitorear las condiciones óptimas de las propiedades del suelo para el crecimiento adecuado de los cultivos.
La efectividad de este estudio se está evaluando a través de la plantación de tres tipos de cultivos (tomate, manzana y fresa) en diversas condiciones experimentales. Estos cultivos se distribuyen en varias zonas de campo abierto en Europa, cada una con características climáticas y de suelo diferentes.
Lo que hace que esta iniciativa sea única y distinta de otras investigaciones es el uso de prácticas tecnológicas para modificar la biodiversidad del suelo y emplearla como biofertilización. Estas técnicas innovadoras tienen el potencial de reducir la necesidad de fertilizantes adicionales, al tiempo que fomentan nuevas prácticas agroecológicas.
El Dr. Stefano Mocali, coordinador del proyecto, explica que las prácticas agrícolas convencionales, incluyendo el uso de plaguicidas y fertilizantes, afectan a la comunidad microbiana natural del suelo. La pérdida de biodiversidad del suelo no solo aumenta el riesgo de plagas, sino que también afecta a servicios ecosistémicos proporcionados por los microorganismos, como los ciclos del agua, carbono y nitrógeno.
Este proyecto también tiene como objetivo identificar especies de bacterias que puedan actuar como biofertilizantes y bioplaguicidas innovadores, con el fin de promover una gestión basada en la biodiversidad del suelo en la agricultura.