Las necesidades del abonado
Las necesidades nutricionales de cualquier planta son determinadas por la cantidad de elementos nutritivos requeridos a lo largo de su ciclo vegetativo, comprendiendo las fases de crecimiento, floración y maduración de los frutos.
Para conocer cómo y cuándo aplicar el abono, es crucial comprender el funcionamiento del fertilizante a utilizar y las demandas específicas de las variedades vegetales plantadas. El momento adecuado para abonar dependerá de la planta y del tipo de fertilizante. Los abonos comerciales generalmente proporcionan instrucciones en su prospecto. En líneas generales, es posible guiarse por el ciclo vegetativo de la planta, empleando abonos ricos en nitrógeno durante el crecimiento, en fósforo durante la floración y en potasio durante la maduración de los frutos.
¿Cuándo hay que abonar los cultivos?
Los abonos orgánicos, como el estiércol, se aplican después de la cosecha, en otoño, si no hay cultivos hasta la primavera. Así se permite que los nutrientes se mineralicen y estén disponibles para la próxima siembra.
La comprensión de las necesidades nutricionales en cada etapa y el contenido de macronutrientes y micronutrientes del suelo ayuda a determinar cómo abonar, utilizando fertilizantes químicos u orgánicos. Si bien los fertilizantes químicos liberan nutrientes más rápidamente, los orgánicos, como estiércol, humus de lombriz o compost, tienen ventajas compensatorias. La elaboración de «tés» a partir de abonos sólidos también acelera la liberación de nutrientes.
La elección del intervalo de aplicación de los abonos depende de la textura del suelo; los suelos de textura media requieren aplicaciones más frecuentes, mientras que los arcillosos pueden espaciarlas.
Dominar las técnicas adecuadas de abonado es esencial para los agricultores, ya que maximizan la producción al considerar la naturaleza del suelo, las necesidades de la planta y las características del abono, asegurando la efectividad de este proceso.
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