La agricultura está viviendo una auténtica revolución. Se han actualizado las directrices para el uso de sustancias básicas y de bajo riesgo, esenciales para proteger cultivos sin comprometer la salud del planeta. Estas sustancias, extraídas de la naturaleza, despiertan el potencial oculto de las plantas, activando sus defensas de forma natural y sostenible.
El poder de lo natural en cada gota
Las sustancias básicas autorizadas incluyen tesoros de la naturaleza como la Cola de Caballo (Equisetum arvense) y el Clorhidrato de Quitosano, conocidos por su capacidad para estimular las defensas innatas de las plantas.
Le siguen la Sacarosa y la Lecitina, que actúan como guardianes silenciosos contra plagas y enfermedades.
Tabla resumen de sustancias básicas y sus funciones:
Sustancia | Función Principal | Naturaleza |
---|---|---|
Equisetum Arvense (Cola de Caballo) | Estimulador de defensas naturales | Origen vegetal |
Clorhidrato de Quitosano | Fortalecedor de resistencia vegetal | Derivado de quitina |
Sacarosa | Activador del metabolismo defensivo | Compuesto orgánico |
Lecitina | Protector contra estrés ambiental | Fosfolípido natural |
Vinagre | Desinfectante para semillas y herramientas | Derivado alimentario |
Corteza de Sauce (Salix spp.) | Estimulador antifúngico natural | Extracto vegetal |
Ventajas del uso de las sustancias básicas
El uso de sustancias básicas en la agricultura presenta múltiples beneficios:
✅ Baja toxicidad: No representan un riesgo significativo para la salud humana ni el medio ambiente.
✅ Compatibles con la agricultura ecológica.
✅ Fáciles de obtener y económicas.
✅ Reducen la dependencia de agroquímicos sintéticos.
A medida que la sostenibilidad se convierte en un pilar fundamental del sector agrario, las sustancias básicas representan una herramienta clave para un manejo más seguro y eficiente de los cultivos.

Sustancias de bajo riesgo: aliadas invisibles
En la búsqueda de una agricultura más segura y sostenible, las sustancias activas de bajo riesgo se han convertido en aliadas clave para los productores. A diferencia de los productos fitosanitarios convencionales, estos compuestos ofrecen una protección eficaz contra plagas sin comprometer el equilibrio ecológico.
Uno de los ejemplos más destacados es el fosfato férrico, un ingrediente utilizado en cebos contra caracoles y babosas. Este compuesto es biodegradable y no afecta a otros organismos beneficiosos, lo que lo convierte en una opción ideal para el control de plagas en cultivos ecológicos.
Otra sustancia prometedora es la Laminaria, un tipo de alga marina con propiedades antifúngicas y bioestimulantes. Su alto contenido en polisacáridos, minerales y antioxidantes mejora la resistencia de las plantas al estrés biótico y abiótico, fortaleciendo su sistema inmunológico de manera natural.