Ley de Restauración de la Naturaleza

¿Sabemos de qué va la Ley de Restauración de la Naturaleza?

La importancia de la restauración del ecosistema en la lucha contra el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la seguridad alimentaria ha sido subrayada por los eurodiputados. Se destaca que el proyecto de ley no obliga a crear nuevas áreas protegidas en la UE ni impide la construcción de nuevas infraestructuras de energías renovables, al incluir un artículo que reconoce el carácter de interés público de estas instalaciones.

La Eurocámara respalda los objetivos de restauración de la naturaleza para 2030, en línea con los compromisos internacionales de la UE, como el marco mundial de biodiversidad de Kunming-Montreal de la ONU. Los eurodiputados apoyan la implementación de medidas de restauración que abarquen al menos el 30% de todas las áreas terrestres y marítimas de la UE para dicho año.

¿Cuándo se aplicará?

Sin embargo, se establece que la ley solo será aplicada una vez que la Comisión proporcione datos sobre las condiciones necesarias para garantizar la seguridad alimentaria a largo plazo, y los Estados miembros deberán cuantificar el área que necesita ser recuperada para alcanzar los objetivos de restauración para cada tipo de hábitat. Se considera la posibilidad de aplazar los objetivos en casos de consecuencias socioeconómicas excepcionales.

Críticas en el sector agropecuario

El sector agropecuario ha expresado su rechazo a la Ley argumentando que esta carece de claridad sobre los apoyos que se brindarán al sector agrario para asegurar ingresos justos a las pequeñas y medianas explotaciones, las cuales son vitales para mantener la biodiversidad en áreas rurales. Sin agricultores y ganaderos en estas zonas, ninguna ley podrá lograr la restauración de la naturaleza, y es necesario contar con más personas trabajando en el campo para enfrentar los desafíos que se presentan.

Otra serie de razones fundamentales que cuestionan esta ley incluyen su vaguedad e imprecisión en cuanto a su contenido, la percepción de que es injusta e hipócrita, su falta de adaptación a las necesidades del modelo social y profesional agrícola predominante en Europa, y la falta de consulta a los afectados, lo que aumenta la carga burocrática.

A pesar de compartir los objetivos de avanzar hacia una agricultura más sostenible en términos económicos, sociales y medioambientales, se considera que esto resulta difícil de lograr debido a los acuerdos de libre comercio de la Unión Europea con terceros países y la falta de herramientas en la Política Agrícola Común actual.

En ese sentido, aunque se valora la importancia de restaurar ecosistemas dañados, se cree que la Unión Europea debe evitar un enfoque basado únicamente en porcentajes de superficie terrestre y marina a conservar, como el establecido en el objetivo del 30% para el año 2030.

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