La inversión en el sector agrícola está ganando atractivo creciente para ser considerada por grandes firmas, que optan por invertir debido a su rentabilidad y estabilidad. El incremento continuo en la demanda de alimentos suscita interés en comparación con inversiones más arriesgadas.

El sector agrícola ha captado la atención de inversores, en un área que no solía ser destino de operaciones de gran magnitud. El ingreso de multinacionales al sector, que podría amenazar el modelo de agricultura familiar, se percibe con cautela desde adentro.

¿Cómo ven esto los fondos de inversión? ¿Qué motiva a estos inversores en el sector? ¿Es la inversión en agricultura una tendencia actual?

Se debe distinguir entre fondos de inversión, fondos de capital riesgo y family offices, gestores de patrimonios considerables, que pueden ser familiares, y que principalmente se involucran en adquisiciones de fincas y terrenos en España, acaparando titulares. Según las palabras de algunos, la inversión de fondos en agricultura resulta beneficiosa, ya que el sector requiere mayor profesionalización. Se percibe como positivo y no dañino para las explotaciones tradicionales.

Aunque en España puede llevar connotaciones negativas, en el mundo anglosajón es común invertir en agricultura. El interés en este tipo de fondos ha aumentado tras la pandemia y la inflación, ya que brindan rendimientos más estables aunque menos emocionantes.

La inversión en agricultura se asemeja a un «motor diésel» con ventajas notables. Ejemplos como Argentina resaltan cómo los agricultores han estado protegidos por exportaciones de soja en dólares.

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