Implicaciones de la BCAM 6 en la agricultura española

Varios sindicatos agrarios, en su compromiso por la promoción de prácticas agrícolas sostenibles, se unen al coro de voces críticas respecto a las incongruencias en la aplicación de la condicionalidad de la Política Agrícola Común (PAC). Específicamente, señalan que la implementación de la BCAM 6 está generando un consumo adicional significativo de herbicidas, como el glifosato y el MCPA, para controlar las malas hierbas. Esta medida tiene como objetivo mantener una cubierta mínima en los suelos y evitar la labranza entre la cosecha y septiembre. No obstante, esta iniciativa bienintencionada ha desencadenado consecuencias no deseadas, aumentando el uso de herbicidas y planteando retos económicos y medioambientales para la agricultura en España.

La BCAM 6 también prohíbe tratamientos agrícolas en tierras de barbecho durante los meses de abril a junio, lo que ha exacerbado el problema de malas hierbas. Además, se exige dejar una franja sin labrar en los cultivos permanentes cuando la pendiente supere el 10%, lo que puede propiciar la acumulación de malas hierbas y aumentar el riesgo de incendios forestales. Los sindicatos lamentan que estas medidas se apliquen en todo el territorio español sin considerar las diferencias climáticas regionales, lo que podría tener consecuencias catastróficas en varias regiones.

Impacto económico y ambiental de la BCAM 6 en la agricultura de secano

El sindicato agrario «la Unión de Extremadura» destaca el aumento de herbicidas, como el glifosato y el MCPA, en cultivos de invierno de aproximadamente 250.000 hectáreas debido a la BCAM 6. Esta medida, que prohíbe la labranza de campos hasta el 1 de septiembre, se traduce en un consumo adicional estimado de 750.000 litros de glifosato y 250.000 litros de MCPA. Además del costo directo de los fitosanitarios, se añade el gasto adicional de gasóleo para triturar las malas hierbas, lo que aumenta el costo por hectárea de cultivo de secano en alrededor de 100 €/ha. Este escenario representa un desafío económico significativo para los agricultores de la región.

La Unión de Extremadura hace un llamado tanto al Ministerio de Agricultura como a la Junta de Extremadura para que consideren la modificación de estas normas, con el objetivo de mitigar el impacto económico y medioambiental que están generando en la región. Buscan un equilibrio entre la sostenibilidad agrícola y la realidad climática y económica de Extremadura, con la esperanza de garantizar un futuro próspero para la agricultura en la región.

2 Comments

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *