El gusano cabezudo prolifera en España causando graves daños

¿Qué son los gusanos cabezudos y a que cultivos atacan?

En España, la proliferación del gusano cabezudo Capnodis tenebrionis está causando daños significativos en plantaciones de almendros y frutales de hueso. Las larvas son las principales responsables de los estragos, ya que destruyen las raíces, debilitan los árboles y, en ocasiones, los llevan a la muerte.

Varias razones explican este aumento de población del gusano cabezudo. Las temperaturas más altas, el uso excesivo de pesticidas que reduce a los depredadores, la falta de conocimiento sobre el momento adecuado para tratamientos fitosanitarios, técnicas de cultivo y materiales susceptibles, y sistemas de riego por goteo crean zonas secas que favorecen su reproducción.

Las plantaciones antiguas son más vulnerables, pero también se afectan las jóvenes, especialmente en áreas de secano y riego limitado, así como parcelas abandonadas que actúan como focos de infección. Las señales más notorias de infestación son el debilitamiento de los árboles, especialmente durante el verano.

¿Cómo se puede controlar esta plaga?

Para controlar el gusano cabezudo, es crucial detectar adultos tempranamente. Los expertos sugieren medidas como mejorar el riego y aumentar su frecuencia en caso de ataques, mantener la tierra laboreada en temporadas de puesta, plantar setos y árboles para atraer aves insectívoras, y recolectar adultos en árboles. También recomiendan la colocación de láminas de plástico alrededor del tronco y quemar restos vegetales afectados.

Existen métodos biológicos, como el uso de nematodos entomopatógenos y quitosano, para controlar las larvas. Además, se pueden utilizar tratamientos químicos dirigidos a las partes aéreas de los árboles en momentos estratégicos para evitar la puesta de huevos. En casos extremos, se pueden emplear insecticidas al suelo.

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